GALLETAS “SALUDABLES” DE CIRUELA SILVESTRE
Iba yo caminando por mi pueblo y me encontré unos árboles de mini ciruelas silvestres cerca del bosque. ¿Fruta gratis, por qué no? Si están bien maduras son dulces y ácidas. Fresquitas entran muy bien, pero os presento una receta diferente para consumirlas de otra manera.
LAS GALLETAS “SALUDABLES” Y EL DEBATE DEL AZÚCAR
Una galleta es harina, grasa y azúcar. Saludable saludable no es… Se puede intentar minimizar el daño utilizando otro tipo de ingredientes diferentes a los habituales: trigo, grasa de palma y azúcar blanco.
Esta receta lleva harina de trigo sarraceno (que es integral y de índice glucémico moderado), aceite de coco y compota de fruta y una cucharada de azúcar moreno. Dado que me salieron 18 galletas, la cantidad de azúcar por galleta es muy bajo. Entonces, ¿por qué ponerle? Bueno desgraciadamente las galletas son crujientes por la proporción entre harina, grasa y azúcar. Para que una galleta sea crujiente y se dore bien, es decir, se caramelice y adquiera sabores tostados tiene que llevar azúcar en cantidad aproximadamente en la misma proporción que de grasa. Claro, esto es mucho azúcar.
Yo he hecho la versión bajísima en azúcar y eso ha resultado en galletas que se parecen más a un bizcocho denso que no una galleta en sí, pero os indicaré la cantidad de azúcar que le podéis poner para que sean más crujientes.
Otra observación es que no vale cualquier azúcar para que queden crujientes, sino que ha de ser granulado tipo azúcar moreno o blanco. Aunque los mejores resultados se adquieren con azúcar blanco lo siento. El azúcar moreno le da un toque más blando a la galleta, por eso muchas recetas de galletas tipo “cookie americana” llevan 50% blanco y 50% moreno, para que sean crujientes por fuera y blandas por dentro. Los siropes no consiguen ese efecto tan crujiente, pero le puedes echar y obtener unas galletas similares a las que me han salido a mi.
Un pequeño truco que uso para paliar la falta de azúcar, es utilizar harinas de acabado crujiente. Es decir, harinas que al hornearse consiguen resultados más crujientes. Por experiencia propia he visto que el trigo sarraceno o el mijo dan mejores resultados.
Por otra parte, hay una corriente actual por parte de algunos profesionales de la salud que afirman que el azúcar es azúcar venga de donde venga, ya sea azúcar blanco, moreno, de caña, sirope de arce o de agave, concentrados de fruta, miel, etc. Que usar otro tipo de azúcares o endulzantes por los minerales y antioxidantes tiene muy poco impacto debido a que la cantidad que contienen es baja en proporción a lo que se consume. En otras palabras, el aporte de minerales es tan bajo que no vale la pena usarlo como fuente de ellos.
Que cada cual decida por sí mismo. Yo lo que sí os puedo compartir como experiencia personal, más allá de si todo el azúcar es lo mismo o no o si tienen más o menos minerales, es que los dulces con azúcar blanco en especial si se mezcla con mantequilla me provocan ganas de vomitar y mareos. En cambio, dulces con azúcares considerados “más saludables” no me provocan ese malestar. Al final es decidir lo que le sienta bien a cada una/o y en qué cantidad.
No nos olvidemos de que lo más saludable (sin comillas, es decir, saludable de verdad) es no consumir ningún tipo de azúcar procesado (blanco, moreno, siropes, jarabes, concentrados, etc).
Yo os dejo esta información aquí para lo que os pueda servir, coged lo que queráis.
Dicho todo esto, vamos con la receta.
INGREDIENTES para 19 galletitas
- 1 taza de harina de trigo sarraceno
- 1/2 taza de compota de manzana o de ciruela silvestre o del tipo que puedas conseguir (abajo la receta, necesitarás 4 puñados hermosos de ciruelas para hacer una compota casera).
- 1 cucharada de azúcar moreno (o para una versión crujiente y dorada: 1/3 de taza de azúcar moreno)
- 1/3 de taza de aceite de coco
- 1 pizca de sal
- 1/2 cucharadita de bicarbonato sódico
- 1 cucharadita de vinagre de manzana o blanco
- 1/2 taza de nueces picadas
- 9 ciruelitas de decoración o más compota.
OPCIONAL: HACER TU PROPIA COMPOTA DE CIRUELA
Es extremadamente sencillo. Coloca un cazo al fuego a intensidad media y añade las ciruelas lavadas. Empezará a hacer chup chup, así que ve removiendo para que no se pegue. Con una cuchara puedes aplastar las ciruelas con cariño para que se vayan abriendo. Empezarán a soltar agua y poco a poco con el paso de los minutos ésta se reducirá. Queremos que adquiera una textura como de jarabe. Esto lo sabremos cuando al remover y pasar la cuchara por el fondo del cazo la compota tarde un segundo aproximadamente en cubrir de nuevo el cazo. Si removemos y no somos capaces de ver el fondo del cazo es que aún hay demasiada agua. Este proceso puede tardar unos 15-20 minutos. Una vez finalizado cuela la compota con un colador de rejilla y almacénala en un bote de cristal. Deja enfriar por completo antes de usar. Cuando esté a temperatura ambiente métela en la nevera. Esta compota es excelente para acompañar el yogur o hacer un sorbete o granizado.
RECETA:
Comenzamos mezclando todos los ingredientes en un bol, excepto las nueces y las ciruelas de decoración. Si el aceite de coco está muy sólido puedes fundirlo un poco al baño maría o al microondas. Una vez esté todo bien mezclado añade las nueces picadas, mezcla bien y mete a la nevera por 20 minutos.
Seguidamente, enciende el horno a 180ºC. Prepara una bandeja de horno con papel. Lava las ciruelas y córtalas por la mitad quitando el hueso.
Transcurridos los 20 minutos saca el bol de la nevera y con la ayuda de una cuchara sopera coloca cucharadas de masa en la bandeja separadas al menos 6-7cm entre sí. A mi me ha dado para dos tandas de 9 galletas. He usado como dosificador una cuchara sopera medidora de 15 ml. Me han salido galletas de tamaño pequeño. Dependiendo de la cantidad de masa que uses por galleta te saldrán más o menos cantidad.
Antes de meter al horno coloca media ciruela sobre la galleta. Coloca el lado que más te guste hacia arriba. Si no has conseguido ciruelas pequeñas entonces una alternativa es hacer una marca con el pulgar en el centro de la galleta y colocar un toque de compota, no demasiada.
Ahora mete la bandeja al horno a altura media y hornea por 8 minutos o hasta que se doren, ten cuidado que no se quemen.
Si te ha sobrado masa mete el bol a la nevera de nuevo mientras se hornea la primera tanda.
TRUCO: Puedes guardar la masa sobrante en el congelador para otro día. En este caso te aconsejo que le des forma de salchicha bien gorda para que cuando quieras hornearlas puedas cortar rodajas con un cuchillo mientras la masa sigue congelada. Puedes hornearlas así mismo, simplemente necesitarán 1-3 minutos más de cocción.
Retira del horno y colócalas en una rejilla para que se enfríen. Sino tienes no pasa nada pero si sueles hacer repostería es una buena inversión. La textura mejora mucho ya que el vapor de agua que emana se escapa y no se condensa en la parte inferior.
Repite el proceso con el resto de la masa si lo deseas.
Deja que se enfríen por completo antes de consumir. Almacénalas en un bote de cristal, si puede ser apiladas con cuidado ya que la ciruela de decoración se puede caer. También ayuda a extender su comestibilidad y evitar que proliferen bacterias colocar unas bolsitas de gel de sílice en el tarro. Yo meto 4-5 bolsitas en un saquito de tela de algodón para evitar el contacto directo. No obstante no tardes más de 3 días en consumirlas. Si las guardas en la nevera la textura cambiará y se endurecerán, pero es otra opción posible.
Espero que te animes a salir al campo en busca de ciruelitas y hacer esta receta.
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